Nuestro compañero Alberto Morales ganó por segundo año consecutivo el premio que la Cadena Ser saca todos los años para avidad. Este año fue 3º, aunque el pasado año consiguió el primer premio.
Aqauí tenéis el cuento par que lo disfrutéis:
Enhorabuna Alberto
Érase una vez un chico llamado Alberto que vivía en Alcañíz, un pueblo de Teruel. Alberto estaba deseando desde el año pasado que llegaran las navidades para poder decorar su casa, ver las tiendas decoradas y llenas de gente, las calles con luces etc. En fin, que le encantaba la Navidad. El último día de clase, llegó a su casa súper contento pensando que ya se podían cumplir los deseos que él estaba esperando desde hacía un año; pero al llegar a casa sus padres le dijeron que tenían que irse a Albarracín, otro pueblo de Teruel, puesto que su abuela Antonia estaba enferma y delicada . Alberto se quedó muy triste pensando que no podía hacer lo que el tenía pensado hacer estas navidades, lo único que le salvaba era que podría estar con sus primos Silvia, Sara y David. Estos fueron a Albarracín, donde vivía su abuela.
Alberto, Silvia, Sara y David subieron corriendo a ver a su abuela. Una vez que la saludaron los cuatro nietos, se fueron a jugar a la calle con la nieve. Por la noche, Alberto estaba esperando a que encendieran las luces. Entonces Sara le contó a Alberto que los de Albarracín no decoraban sus calles en la Navidad desde hacía 10 años, no ponían ni luces, ni pino, ni nacimiento, ni nada y no como en Teruel, que ponen de todo y está precioso. Alberto le contó a sus primos que la Navidad era muy importante para todo el mundo, por eso dijo que antes del día 24 de diciembre, tenían que poner luces, puesto que una Navidad sin decoraciones no sería una Navidad. Entonces Alberto decidió que podrían arreglar las luces viejas del pueblo y colocarlas, pero había muchas bombillas rotas, tenía que ir a la ferretería, la más cercana es la de Teruel, las otras estaban cerradas. Estaba nevado, y tenían que ir andando hasta Teruel para que el pueblo pudiera tener Navidad. Cada vez nevaba más. Los cuatro primos tenían mucho miedo puesto que poco a poco veían menos el camino. Cerca de Teruel, decidieron parar un poco para descansar y por lo menos dejaban de caerse. Entonces Sara preguntó: -Oye, ¿y si volvemos?
-¡Sí por favor, nos estamos helando!- Respondieron Silvia y David-
- ¡De eso nada! Me voy o solo o con vosotros –Resumió Alberto-
Silvia, David y Sara decidieron no dejar solo a su primo y siguieron con él. Una vez que llegaron a Teruel, Alberto se quedó sorprendido de lo bien decorado e iluminado que estaba. ¡Le encantó!
Fueron corriendo por la ronda buscando una ferretería, hasta que encontraron una que ponía: “liquidación por cierre” cerraban aquel día, 24 de diciembre. Preguntaron porque cerraba y dijo: -crisis esa es la razón por la que se cierra esta ferretería. Consiguieron que le vendieran luces para Albarracín. Los cuatro fueron a Albarracín corriendo porque cada vez nevaba más. Llegaron, colocaron las luces con ayuda del ferretero que también era de allí. Y justo sonó el reloj de la iglesia de la plaza ¡Eran las doce! Junto a la iglesia había un gran abeto que cada vez se hacía más grande.
Las luces se encendieron, eran preciosas. La gente notó más luz en sus calles de Albarracín, se asomaron a la ventana y en sus cabezas veían y recordaban lo que pasó con la Navidad hacía 10 años. Desde entonces decidieron que todos los años pondrían luces y decorativos para la navidad. Pero lo mejor de todo fue el gran pino que había en la plaza estaba muy bien decorado pero se preguntaron quien lo había decorado y nadie respondió ¡Fue el espíritu de la Navidad!-Exclamaron- . Aquel abeto tenía unas bolas mágicas eran unos papeles. La gente se acercó al abeto y un chico dijo: ¡Son contratos de trabajo! La gente que estaba en paro fue corriendo a coger contratos hasta que no quedó ninguno. El ferretero cogió el primer contrato se puso muy contento ya que era lo que el quería ¡ser locutor de radio!. Pasaron unas navidades estupendas y Alberto decidió quedarse a vivir en Albarracín con toda su familia. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
ALBERTO MORALES JARQUE
COLEGIO “LAS VIÑAS”
6º DE PRIMARÍA 11 AÑOS